La poética de Douglas Adams en La guía del viajero intergaláctico. Del libro al comic.
de Paula Etchart[1]
“Todo lo que ocurre, ocurre.
Todo lo que al ocurrir, origina otra cosa, hace que ocurra algo más.
Todo lo que al ocurrir, vuelve a originarse, ocurre de nuevo.
Aunque todo ello no ocurre necesariamente en orden cronológico”.
Douglas Adams. (1994. p.1).
INTRODUCCIÓN.
El estilo característico de un autor se debe a una multiplicidad de factores: su historia de vida, sus influencias literarias, la preferencia por un género narrativo, el soporte material elegido para contar una historia. Poco se ha investigado sobre el estilo particular de Douglas Adams. Mi hipótesis de investigación es que su poética responde a la combinación de estos factores y en especial, a la elección de la parodia de la ciencia ficción como eje central de su narrativa.
CARACTERÍSTICAS GENERALES.
Biografía.
Considero relevantes ciertos datos puntuales de la biografía del autor para llegar a una comprensión holística de su poética, pues en ellos se encuentran huellas de la génesis de La guía del viajero intergaláctico.
Douglas Noel Adams (DNA) nació en Cambridge, Inglaterra[2], el 11 de marzo de 1952. Cuando estudiaba filología en la Universidad de Cambridge, realizó un viaje como autoestopista por Europa, donde se le ocurrió la idea, mientras yacía ebrio mirando las estrellas, de escribir una Guía del autoestopista galáctico. Durante su época de estudiante participó en dos grupos de comediantes, uno de los cuales dio origen a los Monty Python, con quienes colaboró posteriormente como guionista. En 1977, la BBC lo contrató para escribir el guión del radioteatro sobre la idea del autoestopista galáctico. Fue transmitido el 8 de Marzo de 1978 por Radio 4. Un año después, Douglas Adams publicó la novela homónima[3]. Es importante destacar que la década de los setenta, durante la cual fue gestándose La guía del viajero intergaláctico, está marcada por películas de ciencia ficción que han tenido gran repercusión en el público, como «El planeta de los simios» (1970), «Solaris» (1972),»La guerra de las galaxias» (1976), entre otras. En sí misma, la ciencia ficción lleva implícita una crítica a la sociedad de la época, a la condición humana (Amis, 1922-1955). Capanna (2007) respalda esta línea de pensamiento tras considerar a Swift, Wells, Stapledon, y Orwell como los antecesores utópicos de la ciencia ficción en la tradición literaria inglesa. Esto me conduce a uno de los elementos fundamentales que hacen a la poética de Douglas Adams: la parodia como género elegido para la narración.
La parodia de la ciencia ficción.
Toda parodia implica una visión crítica del objeto parodiado. Adams deconstruye la realidad presentada por la ciencia ficción a través del absurdo. No solo juega con los límites y convenciones del género, sino que además hace una reflexión crítica –y humorística- sobre la civilización, la historia, la ciencia y sus paradigmas.
La ciencia ficción que trata de personas que van en naves espaciales disparándose entre sí con pistolas de rayos es muy aburrida. Me gusta cuando te permite hacer reinterpretaciones radicales de la experiencia humana, solo para mostrarte los diferentes puntos de vista que ofrecen eventos muy simples y comunes» (Adams, 1979).
El primer indicio de parodia de la ciencia ficción se evidencia en el título como elemento paratextual. Shmoop Editorial Team (2008), refiere:
(…) al combinar dos pensamientos que generalmente no van de la mano -hitchhiking y la galaxia-, Adams está señalando que este libro va a ser un poco diferente de lo que esperábamos: va a tomar un problema serio (el espacio, el significado de la vida) y a darle un toque de comedia.
La construcción del humor paródico: gags, ritmo y frases simples.
Los recursos literarios que emplea Adams para construir la parodia son diversos: reformula frases clichés, utiliza el «running gag» o «broma recurrente», conduce con habilidad al lector a un ritmo de gag determinado. A continuación brindaré ejemplos de dichos recursos:
- Reformulación de clichés: cuando Ford Prefect se lleva a Arthur al bar, éste le pregunta si confía en la palabra de Prosser, de no avanzar con la topadora. Ford le contesta: “Confiaría en él hasta el fin del mundo”, lo cual sucederá en 12 minutos
- «Running gag»: La frase “el hombre descendiente de los simios” la utiliza en varias ocasiones para una criticar algún aspecto de la cultura humana marcado por la involución, más que por la evolución. Por ejemplo, que los hombres creen que los relojes de lectura directa son de buen gusto, el hecho de que son infelices debido al dinero, para particularizar a Prosser, a Arthur (contraponiéndolo con el origen alienígena de Ford).
- Ritmo: En la primera línea instala un tema que constituye un gancho y genera expectativa; da dos o tres remates que coloca como una alfombra (donde puede agregar más detalles a la historia), para finalmente, cuando el lector está desprevenido, golpearlo con un remate final. Donde otros autores escriben un gag, Douglas Adams, cinco. Por ejemplo, cuando Prosser le dice a Arthur que los planos estaban «a la vista»: luego de varios remates de Arthur (estaban en el sótano, debió bajar con una linterna, por escaleras donde no había luz) termina con un absurdo que resulta hilarante: «Estaba a la vista en el fondo de un archivador cerrado con llave y colocado en un lavabo en desuso en cuya puerta había un letrero que decía: cuidado con el leopardo» (Adams, 1979, p. 5).
Otro de los elementos a considerar en la poética de Douglas Adams es el uso de frases simples que conforman un estilo casual de narración. El mismo Adams (1979) reconoce la importancia que ha tenido la ciencia en su escritura:
Un buen científico hará que las cosas complicadas parezcan simples, porque en realidad todas se basan en principios simples. Así es como me puse a trabajar.
Una de sus influencias literarias más fuertes ha sido Kurt Voneggut, con su libro Las sirenas de Titán:
Lo leíste la primera vez y creés que es muy vago, que está escrito de manera poco formal. El hecho de que súbitamente todo cobre sentido al final parece azaroso» (Adams, 1979).
Frases simples y casuales, historias sin demasiada lógica que derivan en un final con sentido es otra de las marcas que definen la poética de Adams. Pero para completar este análisis es necesario considerar los elementos estructurales de la narración.
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